Vivir en un ambiente acústico saludable pareciera ser un privilegio cada vez más exclusivo. Frecuentemente nos consultan clientes que adquieren importantes, lujosas y costosas propiedades, pero no pueden abrir las ventanas, salir al balcón, disfrutar del jardín o utilizar los espacios verdes por causa del ruido urbano. Otros clientes invierten en el departamento más alto del edificio, el que tiene la mejor vista, pero luego padecen los ruidos del gimnasio, del SUM, los ascensores, las salas de máquinas, sistemas de aire acondicionado o las calderas. Quienes invierten en las unidades más económicas, usualmente las de pisos bajos, terminan padeciendo los ruidos de la calle.
En un conocido barrio cerrado de la Provincia de Buenos Aires, que tiene uno de los mejores campos de Golf del país, ocurre que no se condice el paisaje sonoro con el paisaje visual por su cercanía a una autopista por la cual transitan más de 6.000 vehículos por hora. Un espacio verde con grandes árboles, parques cuidadosamente diseñados, esculturas de mármol, lagos artificiales y césped cortado al ras, mezclado con un constante y molesto ruido vehicular causado por la rodadura y los motores.
En algunas situaciones críticas, aunque los niveles sonoros superen ampliamente los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ciertos propietarios deciden demandar a sus vecinos por ruidos molestos, pero luego se enteran que los Límites Máximos Permisibles correspondientes a la localidad y zona donde viven resultan tan poco restrictivos que termina siendo inconveniente iniciar acciones legales. Es importante destacar que la OMS indica en sus Guías de Ruido Urbano que para evitar sufrir perturbaciones en el sueño, no se debe exceder los 30 dB LAeq para ruidos continuos y los 45 dB LAmax para eventos sonoros particulares.
Un artículo del diario "EL PAÍS", sugiere que el ruido puede devaluar hasta un 50% el valor de las propiedades y luego resulta muy difícil venderlas. En los casos menos importantes, los valores tanto de alquiler como de venta de los inmuebles pueden devaluarse desde un 5%, si los ruidos son leves y constantes como los de una autopista lejana, hasta la mitad de su precio, si el impacto es relevante como sucede en lugares próximos a los aeropuertos o pisos bajos cercanos a calles ruidosas. "El ruido no solo degrada la calidad de vida de la persona que lo sufre, sino que también devalúa el valor de su vivienda. ¿Quién querría vivir sobre un bar o discoteca que genera molestias?".
Es por esto que desde VitruviuS - Ingeniería Acústica decidimos comenzar a brindar asesoramiento acústico para el mercado inmobiliario. Evaluamos los inmuebles, analizamos las potenciales fuentes de ruido, calculamos el índice de aislamiento acústico de cada espacio y los caracterizamos en términos acústicos para predecir las molestias que los futuros propietarios pueden llegar a sufrir. Consideramos que es fundamental poder brindar a nuestros clientes herramientas que les permitan valorar y decidir dónde invertir, pensando que un lugar más silencioso cada vez será más codiciado en el futuro.
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